Adaptación de una Cessna 172 para todos los públicos
Muchos visitantes del Museo, especialmente menores de edad, tienen aquí su primera llamada de un avión. Menos aún se han puesto a los mandos de un avión. Y si ese avión es capaz de realizar un vuelo simulado, la impresión llega a superar la que supondría encontrar a los mismos Reyes Magos en el salón de su casa.
Pero el Museo debe ir más allá, a aquellos cuya conexión social no les permita ni siquiera acercarse a nuestras instalaciones.
Pensamos para ellos en sacar piezas del Museo a domicilio: plantar un simulador de vuelo en la plaza del pueblo, por ejemplo.
La inspiración la tuvimos en el Festival Aéreo de Torre del Mar de 2016. Habían llevado una cabina portátil para que se fotografiaran los niños. Lo que creó una gran cola y mucha expectación. Pero, en vez de cobrando, pensamos que se podría hacer gratis.
Teníamos la idea sin tener aún la aeronave, que llegó en 2017: una Cessna 172 donada por ESCAIR https://escair.com/ –Andrés Escassi-, de recuperación imposible tras un aterrizaje en una playa.
Su puesta a punto fue una labor de equipo en la que participaron más de 15 restauradores, pasando por la coordinación del proyecto Jordi Palet, Mario Moncada, y Andrés Montes en la actualidad.
Una primera fase para recuperar su chapa y pintura.
Y una segunda fase para añadirle todo un sistema electrónico a sus mandos que mostrara con realismo una simulación de vuelo.
Tuvimos un estreno piloto. En diciembre de 2018 hicimos un traslado cercano, a la Escuela de Ingeniería de Telecomunicaciones de la Universidad de Málaga. Su puesta a punto final supuso emplear 100 horas en 10 días de sprint final. Y una carga y descarga del avión a brazos, por falta de remolque a medida.
Muchas instituciones se asomaban al proyecto con curiosidad, que hasta ahora sólo ha contado con los fondos de la asociación de amigos del museo para consolidarse.
Seguimos llamando a otras instituciones. Cada vez que contamos el proyecto, conseguimos contagiar la ilusión a la institución o colectivo que nos escucha, pero a esa ilusión le ha faltado hasta ahora un empuje presupuestario.
Hubo lleno absoluto y gran expectación en el patio de la Escuela, tanto entre alumnos como entre profesores.
Tras su éxito, nos plantearon un nuevo desafío, ya por los pueblos de la provincia: sacar el avión ambulante a Campillos. Muchos Amigos del Museo se prestaron a hacer de guías de turismo rural aeronáutico, en un equipo a lo ´Flying Circus´.
Pero varios años después, y con la única financiación de los amigos del Museo, no hay por el momento manera de adquirir el remolque necesario para su transporte.
Pasamos al plan B: en junio de 2019 trasladamos el nuevo simulador de vuelo semi ambulante a una sala del Museo, con la idea de dejarlo de momento en estático y atender allí, con cita previa, sesiones de simulación de vuelo, para convencer a los usuarios de un necesario Crowfunding.
En marzo de 2020 comenzamos a lanzar la publicidad para citas previas, y hemos recibido reservas hasta desde Sevilla. La pandemia nos ha puesto un paréntesis temporal, pero esperamos convencer a los futuros usuarios de esta financiación compartida del proyecto para recuperar la inversión, ahorrar lo suficiente para adquirir el necesario remolque y retomar ese proyecto del avión ambulante.
Y estamos aprovechando estos meses para incluir numerosas mejoras en su fiabilidad y solidez.
Muchos menores de la provincia de Málaga esperan, aún sin saberlo, una gran experiencia que puede iniciar su vocación profesional aeronáutica: plantarles un simulador de vuelo en la plaza del pueblo. Y con esa idea seguimos con esta obra coral en varios actos, a la que auguramos que aún le quedan muchos episodios y escenarios por delante.